Todos hemos soñado con invertir en una propiedad a partir de los 18 y aunque siempre es un buen momento para invertir en bienes raíces, hacerlo siendo joven puede traer ventajas significativas como:
Patrimonio para la vejez:
Cuando tomes la decisión de formar una familia o llegues a la vejez, tendrás un paso adelante por haber afianzado un lugar propio donde cuidar de tu familia y que cuando llegue el momento, te brindara estabilidad y seguridad.
Tu casa, tus reglas:
Otra ventaja de invertir en una propiedad es que puedes poner tus propias reglas, decorar a tu gusto, ampliar o modificar algún aspecto según lo necesites, tendrás funcionalidad y sobre todo, te dará comodidad.
Madurez financiera:
Para comprar un inmueble se requiere de disciplina y estructura financiera con ahorro sostenido. Esta práctica de ahorro podría ser adoptada espontáneamente o bien, la búsqueda de un espacio propio puede ser un fuerte motivador para comenzar este hábito.
Habilidad laboral:
El hecho de pagar tu casa, involucra tener un empleo estable por lo que desarrollarás una conducta más eficiente en este y te esforzaras más por mantenerlo.
Historial crediticio:
Conforme pase el tiempo y hagas tus pagos puntuales, te convertirás en un cliente confiable y podrás solicitar otro tipo de créditos, incluso un segundo crédito hipotecario.
Economía:
Podrás dejar atrás otros gastos como rentas ya que serás el dueño de tu propio inmueble y también aumenta su valor con el tiempo por si decides venderlo en algún momento.
Como puedes ver, invertir en una casa siendo joven, trae consigo beneficios aunque necesitas reconocer que este proceso requiere tiempo y de otros factores como ser derechohabiente, saber si se es candidato a un crédito hipotecario, entre otros.
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